viernes, 26 de abril de 2013

Un amor que nadie entiende



Soñemos con él;
delgada palidez,
labios finos,
cabello negro, apretado pantalón.

Busquemos por dónde se mueve
tapemos el sol con un dedo,
comamos estrellas a ver si podemos
manchemos con pintura el cielo.

Una noche, ¿cómo está? No.
Se contempló por primera vez,
cuando las pantis bipolares se conocieron,
bailando en la pista de colores.

Caminamos, sí, por calles grises
¿de la mano? También.

No olvides
que cuando comience el otoño
serás mío.
Él lo dijo.