martes, 29 de enero de 2013

Sí, magia


La tomó entre sus brazos, diciéndole que sólo calle.
Viajando desde la Tierra a Neptuno en una nave espacial, quedando mudos en constelaciones aspiradas por una creatividad formada por años, siglos quizás (que en otra realidad no conocida ellos ya se conocieron, sin saber que lo hicieron, sin saber que otros crean), extrapolándose a un portal cubierto de luz añil y dorado; como el satín y terciopelo, como una hoja y un lápiz, como el sol y la luna... 
Ella se sorprendió con la perfecta simpleza.
Él respiró y mencionó que hoy volarán.
Un masaje, susurros, suaves roces y un beso caído desde la pasión y el amor.
Por favor bella, vamos a sumergirnos, allí, lo verdadero plasmado se quedará. Lo declaró, lo percibió y juntos se transformaron en un cosmos nigromántico.

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