jueves, 7 de febrero de 2013

De otro mundo



A veces llegué a despreciarlos
por tan sólo el aspecto superficial y egocéntrico,
y malos
el miedo me alejó, creando un techo sin gotas de lluvia.

Invierno, primavera, pasaron...
quedando enterrados sentimientos primerizos
decidiendo estrechar mi brazo
se fue.

Todas las tardes poesiaba de él
donde la tinta temblaba al fuego
rodeando la pincelada azul
con puntos verdes.

Regresé a mi casa, sorprendida
pensando hasta qué lugar mi imaginación había llegado,
dormí, plácidamente
saliendo temprano en la mañana para el reencuentro.

Caminé despacito, como pasos de pequeña
mientras descansaba en el pasto,
sentí su poderosa respiración
despertando en quimera.

Me empujó, bramando mi rostro
luego me contempló
abrió sus ojos
y salió huyendo.

Aún no somos amigos
han pasados tres días desde aquel contacto
yo sigo escondiéndome tras los arbustos,
pero sé, que por las tardes y sobre todo en noches de luna
él me busca.

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