martes, 12 de febrero de 2013

Príncipe sapo

Sin querer, 
con dos sapos me encontré
mirándome con una extrañeza
más extraña que la rareza.

No quería interrumpirlos, 
pero me llamaron, 
señalándome un pequeño castillo
bajo ramas 

descendiendo en profundidades
acuáticas.

Tragué.

Avancé hacia ellos, mostrando la curiosidad
científica, realista y maravillosa
(como ese personaje de cabello blanco)
sintiendo no miedo a lo desconocido.



Me detuvieron desde mis pies
mostrándome una nota con letras manchadas,
el uno me dijo: Repítelas tres veces y el amo abrirá la puerta
y el otro me dijo: Cuando te abra la puerta, quédate quieta.

Nervios.

Y así fue…
“Algodón, algodón,
combina los colores
hasta una sonrisa formar hoy”.

Mi cuerpo paralizado, mi voz no expresaba
hasta que un hermoso príncipe se presentó;
piel pálida, cabello rubio y labios carmesí.

Me hipnotizó, dejándome caer en fantasía
llegando a mí la respuesta esperada.

Abro los ojos y ya estaba fuera
pregunté si podría decir gracias,
sin embargo, ellos me contaron que…
al príncipe puedes verlo una sola vez.

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